Como todos los 29 de septiembre, los habitantes de San Miguel, como así también religiosos de otras localidades de Corrientes y provincias vecinas, celebraron el día del Jefe de los Ejércitos de Dios, patrono de esta ciudad y el cual le otorga su nombre. De esta manera, una masiva presencia de personas le dio marco este lunes a los festejos conformado principalmente por la procesión seguido de la misa.

Pasada las 16, comenzaron a salir de la iglesia de San Miguel las diferentes imágenes, que llegaron a la localidad junto a sus comunidades en la jornada de este domingo, para así tomar posición e iniciar la procesión. Cabe destacar que los peregrinos de departamentos y parajes cercanos con sus santos patronos para compartir la festividad litúrgica del Arcángel, arribaron a pie y a caballo a la parroquia, una tradición que se conserva al pasar los años.

Es así que se encontraban presentes las imágenes de Santa Ana, Santa Bárbara, Santa Marta, San Antonio, San Cayetano, Nuestra Señora de Loreto, San Cayetano, San Juan Bautista, la Virgen del Rosario, San Cirilo de Alejandría, la Virgen de la Sonrisa, Virgen de La Merced, Señor Hallado, Sagrado Corazón de Jesús, Jesús Misericordioso, Divino Niño Jesús de Praga y Santísima Cruz del Milagro. El último en salir del tempo fue San Miguel Arcángel, que fue recibido fervorosamente por la comunidad al repique de campanas y salva de bombas, para recorrer las calles de esta localidad del centro norte de la Provincia.

En un breve contacto con la prensa antes de iniciar la santa misa, el cura párroco del lugar, Cristian Soto, contó que bajo el lema: “Desde la alegría del Evangelio hacia las periferias de la vida”, culminaron este lunes las actividades por la festividad litúrgica que iniciaron el 15 de agosto con el tiempo de misión. Expresó además que con un “clima de alegría e inspirados en el Papa Francisco”, durante toda la novena se prepararon espiritualmente para este día de celebración.

Le pidió a Dios en nombre de todos los creyentes “esta gracia de poder experimentar profundamente su amor, su ternura y misericordia” y agregó que “esta alegría ya no es solamente el estar contento o divertido, sino que es una actitud profunda del corazón que brota cuando vivimos desde el amor que él nos tiene”.