Melisa es una de las tantas mujeres que participa cada fin de semana en la feria. “Yo vivo de lo que hago con mis manos, y mis compañeras también. Casi ninguna tiene un sueldo fijo. Todo lo que generamos es gracias a lo que vendemos en la feria”, expresó en diálogo con este medio.


Desde bijouterie artesanal hasta bizcochuelos caseros, pasando por productos naturales, la feria ofrece una gran variedad de opciones para quienes buscan apoyar el trabajo local. “Yo llevo pulseras, colgantes, cosas que usa mucho la juventud, y también dulces que me vende una amiga, porque no podemos mezclar alimentos con otros productos en el mismo puesto. Si no vendo una cosa, vendo la otra”, explicó.


Pero lo más importante —según la emprendedora— no es solo lo económico: “Formamos un grupo lindo, con buena energía. Somos de Santa Rosa, nos conocemos todos y nos ayudamos entre nosotros. Se armó una comunidad hermosa.”


La propuesta, impulsada por la Municipalidad a través de un equipo coordinado por Vanesa, profesora del área, y el director Javier Centurión, recibe elogios constantes por su organización y acompañamiento. “Vanesa es una genia. Están en todo, siempre atentos a si necesitamos algo. Tenemos un grupo donde nos anotamos cada semana para participar. Está todo muy bien armado”, destacó Melisa.


Además, valoró el respaldo institucional. “El intendente pasó por nuestro stand, hablamos con él y le pedimos que esto no se termine. Que siga creciendo, porque es algo positivo para todo el pueblo.”


En época de vacaciones, la feria también se volvió un atractivo para visitantes. “Mucha gente de afuera se acercó, y eso nos ayuda a seguir. La feria ya es parte de la vida de Santa Rosa”, resumió con orgullo.


“Ojalá más gente se anime a mostrar lo que sabe hacer con sus manos. Emprender no es fácil, pero cuando hay espacios como este, se puede”, cerró Melisa con emoción.